Škoda explica que utiliza tres grandes familias de transmisiones para sus modelos con motor de combustión: las manuales (MQ), las automáticas de doble embrague (DQ) y las automáticas con convertidor de par (AQ). Cada una tiene ventajas y limitaciones, y Škoda las asigna según vehículo, condiciones locales y preferencias de mercado.
No hay una sola solución universal
La idea central es sencilla: no existe una caja de cambios que sea óptima en todas partes. Škoda produce MQ, DQ y AQ en distintas plantas y las combina según el uso previsto del vehículo y las condiciones del mercado. Como dice su jefe de desarrollo de transmisiones, no tiene sentido forzar un diseño único cuando las condiciones (clima, tráfico, hábitos de conducción) varían tanto entre regiones.
Cajas manuales (MQ): sencillez y conexión con el conductor
Las cajas manuales (MQ) siguen siendo valoradas por su simplicidad mecánica, menor costo y la sensación de control que ofrecen al conductor. Škoda —con décadas de experiencia en este campo dentro del Grupo Volkswagen— destaca su robustez y la menor complejidad. Para entusiastas y mercados donde el precio y la facilidad de mantenimiento pesan, la manual sigue siendo una opción lógica.
Ventajas: menor precio, mantenimiento simple, implicación del conductor. Limitaciones: menos integración con sistemas ADAS y casi agotado su margen de mejora mecánica.
Transmisiones de doble embrague (DQ): velocidad y eficiencia
Las DQ son las preferidas en Europa por su capacidad de ofrecer cambios ultrarrápidos y buena eficiencia. Funcionan con dos embragues y ejes de entrada separados, lo que permite preseleccionar la marcha siguiente y reducir el tiempo de transición.
Škoda destaca su confort y comportamiento deportivo, así como su contribución a reducir consumo y emisiones gracias a una transferencia de potencia muy eficiente. Su desventaja: mayor complejidad y sensibilidad de los embragues ante condiciones extremas de uso.
Convertidor de par (AQ): diseñado para entornos exigentes
Las transmisiones con convertidor de par (AQ) son las preferidas en mercados con condiciones climáticas y de tráfico muy duras —altas temperaturas, humedad, tráfico interminable— porque no dependen de embragues de fricción para arrancar y avanzar lentamente. Škoda las instala en vehículos destinados a regiones como India u otros mercados fuera de la UE.
Ventajas: mayor fiabilidad bajo condiciones extremas, mejor comportamiento en atascos prolongados. Inconvenientes: cambios algo más lentos y ligero aumento de consumo respecto a DQ.
Crítica / lo que Škoda no nos cuenta (y conviene aclarar)
Además, aunque Škoda menciona la integración con sistemas de asistencia, sería útil que explicaran con más claridad los límites de cada sistema con ejemplos reales: ¿qué situaciones de remolque, pendientes o atascos han servido para elegir AQ sobre DQ? Eso haría la comunicación técnica más útil para quien decide comprar.
Conclusión práctica
Si vives en un lugar con tráfico intenso y clima extremo, una AQ puede ofrecer mayor durabilidad y menor estrés sobre la transmisión. Si buscas eficiencia y deportividad en entornos urbanos/autopistas típicamente europeos, la DQ es una excelente opción. Para quienes priorizan coste y reparabilidad local, la MQ sigue siendo recomendable. Pero recuerda: Škoda podría explicar con más detalle los criterios de selección para que el usuario final comprenda exactamente qué perderá o ganará con cada elección.
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